Moloch

 

MOLOCH


Sangriento sol

coágulo de luz

presagio prisionero

en los vientres implacables

húmedas vísceras

azules quietudes

pantanos de lodo

y germen

y enigma

de antiguas permanencias


sangriento sol

devoraste el esperma

de tus lejanos nacimientos

mas ellos

devolvieron nunca

tierna ofrenda

el único rostro

siempre

a la impasibilidad de los espejos

grávida morada de los círculos

mortecinas esferas sin volumen

que afiladas cuchillas

ávidas nostalgias de la sombra

quebrantaron


ardientes huracanes de ti

sangriento sol

degüellan

veladores

los guardianes de tu sueño

fúlgidos mastines

inmóviles crueldades

ya gimientes heridas

eternidades de espanto


amaste las tinieblas

despertaste al insomnio

de los fuegos perpetuos

cuando

fatídica la hoz de los conflictos

segó

la flor azul de tus praderas


escondido aún

tímido naciente

tras muecas gigantes de montañas

bubones vegetales de la tierra

supurando pus amarga

frondas serenas

cauces de las fuentes

vírgenes manantiales

donde oscurece la sed

el alimento de las floraciones


amaste las tinieblas

y aquí

te desposaste

y fue

un despertar al insomnio

de los fuegos perpetuos


que retorne

sol de sangre

retorne

vuélvete

sol

incierto el origen

luz inacabable

vuélvete

retorna


invocadora la palabra

queda desatenta


ya tus dulces efluvios

palidecen de luna

tinieblas amorosas

celestes mutilaciones

que engendraste

aletean sin vuelo

el día y la noche

que en la copa luminosa

bebieran

la ternura de tus orígenes

doliente transmutación

llantos germinales del ojo

que volviendo sobre sí

encuentra nunca

identidad en la mirada

júbilo de los perros nocturnos


el día y la noche

rueca aborrecible

donde tus labios de verdugo

sangriento sol

caricias de amante

tejieron el crimen

de coaguladas armonías

redes turbias

allí donde

los pájaros

agonizan límites

y líneas divisorias

las distancias

coronan espectros


tus manos amantes de verdugo

hilaron

órbita de luz mentida

y sombra encadenada

sueño-espejo de la tumba

cortinajes de transparencia

en estancias vacías

pañales de sangre

los nacidos

mortajas de la aurora

en las cunas-cementerio


que retorne el sol

a la impasibilidad de los espejos

retorna

coágulo de luz

y quede

la sangre derramada

confusión del tiempo

savia tenebrosa

en los árboles de la existencia


sangre derramada

pleamares oceánicos

terrestres pulsaciones

júbilo del crimen


pálido sollozo la bruma

colgada del aire

será lamento

despojo definitivo de la ausencia







Tierra amante

sexo-tumba

abierta

al esperma del sol

carne habitada

ebria de si misma

ahora un instante

despiertas al enigma

naufragio de lo incierto

única tabla del terror

y fue envuelto

en el manto-sudario

putrefacto de tu vientre


tiernos ahí nacieron

como forúnculos extraños

árboles luminosos de la existencia

jóvenes montañas

jugando

muecas tímidas de gigantes

y los océanos

espumarajos de tu boca

calmarán la sed

que ahoga

visceral el ramaje

de tus ocultas entrañas

allí

escaleras de lodo

pantanos del tiempo

acarician

en los laberínticos mundos

turbia ternura

y la máscara cruel

esposa de lo genesíaco


tierra amante

sexo-tumba

abierta

al esperma del sol

heredaste

la sombra de tu vientre

cuanto habitaba de antaño

morada de lo venidero

besaste

como Judas

derramando

las monedas de tu corazón

roja manzana

invocadora sirena

del sarcasmo y la lujuria

abriste las puertas al festín

convocaste el odio de tus frutos

de tus buitres las cumbres

cubrieron el cadáver


tierra

sexo-madre

y tumba

convocaste a tu hijo

esa isla

que ansía conocerte

y como en sueños

acercarse

a los labios de su madre

lo invitaste

al banquete de los nacidos

y en sus ojos

engendraste los nombres

flores amarillas de la lejanía

cráneos calcinados de la razón

que no devuelven

sino círculos inútiles

de las órbitas vacías

ausencia de los dientes

que presagian hambres futuras

donde los espejos

ofrendan alimentos

y el alimento vuelve al espejo

ya sólo prisionero de la apariencia


nostalgia del arraigo


sexo-tierra

devoradora madre

espina genesíaca

invitaste

al banquete de los nacidos

a aquel

tu hijo

que ansía conocerte


nostalgia de los labios y tu vientre


y en sus ojos

engendraste los nombres

primigenias voces del pensamiento

eternas flores muertas en los espejos


la risa del pájaro nace

se quiebra el vidrio

y tú

hijo del hombre

arranca los párpados

piel de cordero

arrójalos

a los escombros de la memoria

y bendice el encuentro


la risa del pájaro

estridencia de burla

ciega las raíces

queda el desarraigo

amoroso destierro

pena que nace vacío

exilio de la noche

tierra la oculta

mensajera de los muertos

oculta tierra

fría oscuridad de sótano

túneles terminales

espectros definitivos

ya no errantes


¿quién puede hallarte?

heredará la sombra de tu vientre

presiente el hombre

originario el cuchillo

cárdenos círculos

en el pecho del hombre

extirpa su corazón

y fue como tú

cuando arrojaste

las monedas del sarcasmo

y abriste

las puertas de la ira

extirpa

el hombre del hombre

el corazón

que aún latente

y cerca ya del tuyo

como piel encendida

goce misterio

marca invoca

el crimen

para poseerte un instante


es la hora de la fiesta

hermana de la hora del crepúsculo

cuando los lobos aúllan

y gime

la agonía de los convidados

que visten

la túnica de las destrucciones

es la hora hermana del crepúsculo

donde guerreros

que bebieran

derramaran la sangre

disponen

la mesa del sacrificio

y sobre el manto

que la cubre

trazan

el camino del holocausto


vientos y bosques

agudizan

las flechas de su ira

las aves y las aguas

burlesca danzan

la locura

desterrada

de los hombres

y vosotras

águilas celestes

mensajeras de las cumbres

extraños habitantes

las garras afiláis

y florece la muerte


trazado está

el camino del holocausto


el acróbata y la muñeca

juegan al amor


las naciones se despiertan

y a las llamas

ofrendan su ternura

coronan de guirnaldas

el exilio en la noche

desgarrada la distancia

doliente desterrado de la madre

huésped no mas allá de la tierra

y ciñen sus cuerpos

con los escudos del combate

fortalezas del hambre

que se devora a si misma


entonad naciones

los cantos de guerra

entregad

al vértigo de la catástrofe

el juego de los jardines

donde edificasteis

la tortura

de los enanos y gigantes

látigos hirientes de la palabra

que niega o afirma

disfrazados golpes de metal

las máscaras ciegas de cemento

donde se oculta

estentórea

la risa del verdugo


entonad naciones

los cantos de guerra


el camino del holocausto

está trazado


resplandeced un instante

entre las llamas espirales


volved el rostro

cercado

por la serpiente arco-iris

a la catástrofe

y la muerte de los pueblos

sea definitiva


¡qué el banquete de lo nacido

se disperse

a los vientos!

el hacha primordial

corte

el árbol luminoso de la existencia

y estéril

se derrame la savia

por mundos innumerables


azotarán las montañas

tempestades de sal y azufre

herirán las llanuras

abrirán rojizas llagas

donde crecerá lo maldito

para la tierra

sexo-tumba tú

ya desunida de lo nacido

engendrarás estertores

rechazarás

lo que vive en tus entrañas

y tú

ya desunida de lo nacido

la mortaja sólo puede cubrirte

y devorarás

como cadáver

lo que habite en tu vientre


¡qué los días y la noche

se desvanezcan!

¡qué fluyan los ríos sin destino

sin nombres ni palabras!

fluyan

sin destino los ríos

en lo incierto




Sexo-tumba

sangriento sol

y coágulo de luz

tierra amante

prisioneros ya

de ávidas ternuras

que engendrasteis

húmedos calores

encendisteis

de los labios

y fueron visitantes huéspedes

en los vientres-víctimas

ahí donde los espermas

fecundaron

la nostalgia del arraigo


- lenguas hechiceras

presagiaran

nocturnidades del vértigo

que asesinan el amor

en las cumbres presentidas -

húmedos calores de labios

hilando telares-enjambres

febriles hilos

que dulcemente marcan

el goce de lo deforme


hosanna


fue el tiempo nacido

en el ritmo de las edades

aquellas

que encadenaron

vacuamente

y retuvieron

lo fugitivo de los frutos

y fue ausente la distancia

definitiva de los amantes

en la máscara obscena

de lo disperso

y lo aparente


tierra sangrienta

sexo-tumba-sol

penetrante falo

te fueron

asequibles los frutos

y tu luz invocadora

sol amante

sirve de sudario

mortaja-aureola

ataúd de lo terrestre

que fue sombra

caminante del deseo

y espanto

quizá inaccesible

en aquel amor

encuentro aquel

originario de los conflictos


ciegas están

plenas las ansias

abriéndose límites

espacios abiertos fecundos

del amor y de la ausencia

lejano lo lumínico

plenas agonizan las ansias

y el ojo solar

se arma y alimenta

manejando ídolos

el carro de la visión

que oculta el engaño

despertando

cruel la máscara

último placer

de carcajadas ebrias

y fue el bufón

que no le sirve la careta

y afirma identidad

verdugo víctima

culpable criminal

y quien se oculta

en la inocencia


y fue el amor

tierra amante

sangriento sol

arrancar a las islas

la noche innumerable

abandonar

los cardos solitarios

de lo estéril

silencios ofrendar

vana edificación

que persiste el encuentro

y encuentro de lo afirmativo


tierra tú

al fin

y sol amante

entregad el abrazo

a los hálitos celestes

despierto abrazo ya

al insomnio

de los fuegos perpetuos


creced

hasta las alas muertas

de las estrellas

alimento putrefacto

de las constelaciones

mástiles permanentes

de errantes navíos

que un día

y ahora

ayer

deciden la deriva

en las órbitas celestes


qué doliente

el fue y el será

castigo de las leyes


despierta durmiente

y potencia la palabra

coito de los monstruos

abrazo de los verdugos

habitando escombros

del odio y la lujuria

habitando escombros

escombros de la memoria


y es crimen aquel

que cumple

toda permanencia


creced

hasta las alas muertas

de las estrellas

creced

hasta las azules espirales

las elipses rojizas

y allí

encontrareis

enferma la palabra

vómito del pensamiento

y vosotras

espirales azules

rojizas elipses

fraguáis

en el yunque de la concordia

crueles las cuerdas

maniatando silencios

extendiendo redes

mordazas del orden

leyes del cambio

sobre la luz quizá

o engaño la luz perpetuo

y que oculta traición

escupe veneno

escorpiones verdugos

solares los climas

y climas terrenales

cuadrantes de las estaciones

solsticios y equinoccios

el día y la noche

rueca aborrecibles

marcando

dividiendo la marea

insondable de lo incierto

y torturantes

hundiéndose

fieles cuchillos del ritmo

y las edades

en la rueda laberíntica

del azar y la fortuna


qué oculta traición

qué traición del cáliz

escupe veneno

derramándose

en la mesa del sacrificio


y fue rito y juego

aguja de reloj

corroyendo

nebulosas celestes

círculos impasibles

las espirales azules

y rojizas las elipses


fue el rito

convocándose

en cuenco de vino

en sueño de mortales

perecedero universo

y frágil el equilibrio

atento aquí a la llamada

mas allá

del orden y cumplimiento

la rebelión

y mas allá

de las inútiles fecundidades

que retornarán

al encadenamiento del círculo


suplicante

renacerá la llamada

invocando

prohibidos los goces

de la cósmica gratuidad

y cósmica la indiferencia

no perturba

lo dual y múltiple

en torturas desgarradas


vuelve ya oculta

la traición

lo impasible corroe

y el círculo pleno

quiebra

luminoso de las galaxias


de la muerte corceles

desencadenad guerreros

arrancad las bridas

hermanas de las horas

y afirmativos del tiempo

los ídolos arrastrad

a los turbios subterráneos

allí donde

los dedos crecen

inútiles llagas

estigmas las manos

que apresaran

ilusorias

heridas que fueran

engaños del futuro

y gimen las llagas

voces de signos

en los muros amarillos

de la locura y el destino


sangrienta tierra

y madre

tumba sol

tierna la tierra

y agradecido tú el sol

besasteis elegidas

flores muertas

amoroso vínculo

allí donde lo nacido

se une tempranamente

a lo que acaba

y es el manto del sol

ya fúnebre sudario


hosanna

        hosanna


ardiente

es el júbilo del crimen


los gatos festejan el amor

y asesinan la caricia


polvo de alas muertas

pedregales fúlgidos

constelaciones estrellas

habitantes lejanos

más allá del cadalso

donde la nostalgia tortura

agoniza

de ansias ultralucientes

y plenitudes desterradas


y vosotras

las no-existentes

estrellas

que la luz desprendéis

en orígenes vacíos minerales

y las muertes

no son

sino fantásticas creaciones

de la nada

o sombras errantes

jubilosas

de no pertenecer

a verdades

de mundos afirmativos


fue el tiempo

fantasmagórica señal

signo máscara

marca aparente

línea divisoria

morir y la existencia


y fue el mar

la bruma indiferente

ausencia de los conflictos

germinaron algas marinas

húmeda ternura de los labios

y fue la sal de las mareas

agrio aguijón

de lo estéril y el retorno.